martes, 27 de noviembre de 2007

Dios quiere personas que amen como Él

El voluntariado tanto para jóvenes como para mayores es importante y ampliamente vivido en nuestra sociedad. Anoto a continuación algunos párrafos de lo que dijo el Papa, durante su viaje a Austria, a los que viven esa forma de misión.

“Gracias a Dios, para muchos es una cuestión de honor comprometerse voluntariamente a favor de los demás. Ese compromiso significa ante todo una ocasión para formar la personalidad y para insertarse en la vida social con una contribución activa y responsable. Sin embargo, la disponibilidad a una actividad de voluntariado se basa a veces en muchas y diversas motivaciones...

Los jóvenes desean que su capacidad y sus talentos sean “suscitados y descubiertos”. Los voluntarios quieren ser interpelados personalmente: “Te necesito”, “tú eres capaz”. ¡Cuánto bien nos hace una petición de ese tipo!. Precisamente en su sencillez humana, nos remite de modo indirecto a Dios que nos ha querido a cada uno de nosotros y que a cada uno ha dado su tarea personal, más aún, que necesita de cada uno de nosotros y espera nuestro compromiso.

Así, Jesús ha llamado a los hombres y les ha dado la valentía para llevar a cabo cosas grandes, que por sí mismos no se sentirían capaces de hacer. Dejarse llamar, decidirse y después emprender un camino sin la acostumbrada pregunta sobre la utilidad y los beneficios: esta actitud dejará huellas sanadoras...

El “si” a un compromiso de voluntariado y solidaridad es una decisión que nos hace libres y nos abre a las necesidades de los demás, a las exigencias de la justicia, de la defensa de la vida y de la salvaguarda de la creación. En los compromisos del voluntariado entra en juego la dimensión clave de la imagen cristiana de Dios y del hombre: el amor a Dios y al prójimo...

Comprometerse en el voluntariado constituye un eco de gratitud y es la transmisión del amor recibido. “Dios quiere personas que amen como Él”, dice Duns Escoto". Texto: Hna. María Josefa Cases.

No hay comentarios: